la Diputación

Paco Soto afronta la segunda semana de La Verbena de la Paloma

Francisco Soto afronta esta semana, al igual que sus compañeros del Cuadro Lírico Julián Gayarre, la segunda serie de representaciones de ‘La Verbena de la Paloma', obra que dirige a nivel escénico (a nivel musical la tarea es de su tocayo Francisco Cabanillas) y que protagoniza desde el papel de Don Hilarión.

El Cuadro interpretará de nuevo el viernes, el sábado y el domingo la obra a partir de las 19:30 horas en el Teatro Juan Bravo de la Diputación, y de momento no puede quejarse ni de las críticas ni del gran número de público que se está dando cita en cada una de las funciones. Soto habla en la siguiente entrevista de la verbena de la Paloma.

Seis funciones en dos semanas en el auditorio más importante de la provincia, y el Teatro Juan Bravo prácticamente lleno en todas ellas… No todo el mundo puede presumir de algo así…

Era la primera vez que lo hacíamos así; antes, la vez que más representaciones habíamos hecho en el mismo tiempo habían sido cinco, y sin embargo el año pasado, debido a que la obra era muy larga y muy exigente, sólo hicimos una representación por semana.

Lo cierto es que tenemos el público muy a favor. Jugamos con la ventaja de que, como somos muchos, entre familiares y amigos casi casi llenamos (risas). Además, ya vamos ampliando mucho el círculo de amigos, cada año van siendo más, y sí que es verdad que había alguno que no había ido nunca a una zarzuela porque lo veía como un género algo trasnochado, pero cuando han venido a verlo, por el motivo que fuese, se han enganchado. Es algo que nos ha comentado bastante gente, así que será que no lo hacemos tan mal y que al público le gusta.

En seis representaciones en dos semanas, ¿da tiempo a mejorar muchas cosas de la primera a la última cita?

La verdad es que siempre, y más ahora que la obra la estamos haciendo un día detrás de otro, a medida que vas teniendo más contacto con la orquesta y más contacto con el espacio escénico, los pequeños inconvenientes que vas encontrando, los vas solucionando en días sucesivos. El ir haciendo funciones siempre te permite ir corrigiendo aquello que consideras, ya no que esté mal hecho, sino que se puede mejorar o variar un poco.

Hay que tener en cuenta que el primer contacto que tenemos nosotros con el escenario, con el espacio físico que nos vamos a encontrar durante la representación, lo tenemos el jueves, un ratito después de montar el decorado. A medida que nos situamos en el espacio escénico vamos corrigiendo detalles, y sí que es cierto que cuanto más tiempo pasas allí, más te puedes permitir solucionar sobre la marcha algún problema que vaya surgiendo.

¿Han trabajado algo de forma específica a lo largo de esta semana después de lo visto en las tres primeras funciones?

En líneas generales no. Además estamos ensayando para un espectáculo con el Conservatorio para el que nos pidieron colaboración… Así que no disponemos de mucho tiempo de ensayo y de la zarzuela, variar no vamos a variar nada. Retocaremos un poco aquellas cosas que hemos visto más flojas, insistiremos un poco en ello; de modo que si se pueden mejorar o corregir, queden bien de cara a las tres representaciones que quedan.

Se trata de detalles a nivel musical, en relación a algunas entradas, más que a nivel escénico; ya los hemos comentado Francisco Cabanillas y yo. Hay que tener en cuenta que nosotros trabajamos todo el año con un piano en los ensayos, y encontrarnos con una orquesta supone un cambio grande. Además, tampoco tenemos mucha posibilidad de ensayar con ellos porque no es una orquesta estable… Y aunque trabajamos también con grabaciones que nos permiten escuchar las obras, no son exactamente iguales a la partitura que tenemos que realizar. Esto, al final, casi dificulta más el trabajo, pero es la única fórmula que tenemos para ir avanzando, al no disponer de la orquesta tanto como nos gustaría.

Es algo normal; cada músico tiene sus obligaciones y es difícil juntarlos, con lo cual esto crea un contratiempo grande a la hora de llegar al teatro y enfrentarnos a la orquesta. Por otro lado está el inconveniente fundamental de no disponer de un foso; la música está ahí delante y no es como cuando existe un foso, que el sonido no sale con la misma intensidad. Aunque Francisco procura llevarlo suave, es muy difícil mantener los instrumentos así durante dos horas… Hay momentos en los que luchar con la música es complicado para nosotros; por una parte está muy bien, porque lo escuchas fenomenal, pero por otra, tienes que sacar la voz por encima de los instrumentos.

Digamos que son tres partes para encajar un puzle, ¿cómo es el trabajo con el grupo de danzas de La Esteva y con la orquesta que dirige Francisco Cabanillas?

Nosotros ensayamos la parte musical durante todo el año con Francisco, con acompañamiento de piano. Por otro lado, él tiene algún ensayo sólo con la orquesta y cuando ésta tiene asimilada la parte musical, entonces van los solistas a hacer un ensayo o dos con ella.

En cuanto a la parte de La Esteva sucede más o menos lo mismo; ellos suelen trabajar con algún DVD de los que utilizamos nosotros como base, y en los ensayos con la orquesta terminan de adaptar ritmos y pulir las diferencias que haya.

La verdad es que es una colaboración que nosotros agradecemos mucho, porque le ponen un entusiasmo… Muchos de los bailes que interpretan no tienen nada que ver con su repertorio habitual, con lo cual se los tienen que preparar con muchísimo trabajo, muchísimo esfuerzo y dedicándole un tiempo extra a sus ensayos normales. Nosotros estamos superagradecidos porque lo hacen de una forma totalmente desinteresada; incluso se preparan el vestuario… De verdad que estamos muy agradecidos.

Decía Ricardo Mínguez que les había costado años a decidirse por ‘La Verbena de la Paloma'¿El gran reto de esta zarzuela es a nivel interpretativo, vocal…?

A la hora de plantearnos qué zarzuela vamos a hacer cada año hay distintas cosas que tenemos que valorar. Primero, por supuesto, que sea una buena obra; luego, que sea asequible a nosotros por multitud de aspectos. El grueso de nuestro grupo participa fundamentalmente en el coro, por eso lo que queremos es que tenga coro.

También queremos que tenga una parte cómica, porque por lo general la zarzuela no es tan dramática como puede ser la ópera, pero hay zarzuelas que son más divertidas que otras, y siempre buscamos alguna que tenga su parte cómica. Además tienen que ser asequibles por la parte musical, la parte de vestuario… Somos 40 personas que tienen que vestirse y hay veces que nos planteamos determinadas obras, pero cuando pensamos en el vestuario… ¡a mí quizás es lo que más reparo me da! (risas). Al final lo solucionamos haciéndonos nosotros la mayor parte de la ropa, aprovechando la de otros años…

El tema de ‘La Verbena de la Paloma' lo estuvimos barajando cuando hicimos ‘La Revoltosa'. Dudamos entre las dos y al final no sé por qué nos decantamos por ‘La Revoltosa'. Así que, como otra cosa que valoramos es que de un año para otro la temática sea distinta, hemos tenido que dejar pasar un tiempo prudencial hasta hacer ‘La Verbena de la Paloma'.

Supongo que compaginar el papel de director con el de uno de los actores principales no es fácil; ¿está más implicado en una cosa que en otra hasta que todo encaja o lleva bien lo de compaginar ambos roles?

Procuro dividirlo ‘fifty-fifty' (risas). Ya son doce años compaginando ambos roles, pero desde que empecé en esto, desde que me asignan el papel siempre procuro ir metiéndome en el personaje y buscando la ropa que voy a llevar, el aspecto que voy a tener… Trato de compaginar las dos cosas, sólo que antes sólo me preocupaba de mi papel y ahora me toca ocuparme de coordinar al resto del grupo. Pero al final es llevadero; le dedicas más tiempo, eso sí, pero qué le vas a hacer. Lo compaginamos como podemos.

 

De todo lo que le han dicho a lo largo de estos días, ¿qué es lo que más le ha gustado escuchar y qué lo que menos?

Le digo sinceramente que por diferentes motivos no he tenido mucha ocasión de oír opiniones, más que a la salida del teatro. Hasta ahora todas las críticas han sido positivas, nadie me ha transmitido nada negativo. Supongo que con todas las personas que han pasado por el Teatro Juan Bravo estos días, no todo no lo hemos hecho bien y somos los primeros en reconocerlo. Pero quizás, o el público es muy benévolo con su valoración, o no nos lo tienen muy en cuenta; el caso es que no nos ha llegado ninguna crítica negativa.

Hemos sido más nosotros mismos; porque nos damos cuenta de los errores, no hay que olvidar que llevamos trabajando con la obra un montón de meses y sí nos damos cuenta de pequeños fallos. Cualquier circunstancia con la que no cuentas te hace cometer un pequeño desliz… Pero nunca han sido cosas de gran importancia y el público no nos lo toma muy en cuenta. Desde luego, todas las críticas que a mí me han llegado han sido muy positivas.